Día del Maestro (D.F.Sarmiento)

El 11 de septiembre de cada año se celebra el Día del Maestro en nuestro país.

En esta fecha se conmemora el aniversario del fallecimiento en 1888 de Domingo Faustino Sarmiento, un político polifacético y referente de la educación nacional.
Sarmiento nació el 15 de febrero de 1811 y durante su vida fue político, escritor, periodista, militar, estadista, gobernador de San Juan y presidente la Argentina entre 1868 y 1874. Además, se desempeñó como senador nacional y ministro del Interior.

Su pasión por la educación lo llevó a dedicarle un tiempo importante. En 1845, publicó Método de lectura gradual, un texto pedagógico que anticipó lo que sería una de las ideas clave de su vida política: la educación popular. Por sus esfuerzos en este aspecto, en la Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas celebrada en Panamá en 1943 se propuso esta fecha unificada para todo el continente como homenaje, pero solo nuestro país mantuvo esta decisión.
Así, en Bolivia se celebra el 6 de junio; en Brasil el 15 de octubre; en Chile el 16 de octubre; en Colombia el 15 de mayo; en Ecuador el 13 de abril; en Paraguay el 30 de abril; en Perú el 6 de julio; en Uruguay el 22 de septiembre, y en Venezuela el 15 de enero.
Qué decía, pensaba y por qué luchaba el padre de la escuela pública:
-"Si no existieran dificultades, no habría éxitos".
-"Hombre, pueblo, Nación, Estado, todo: todo está en los humildes bancos de la escuela".
-"Todos los problemas son problemas de educación".
-"Escribo como medio y arma de combate, que combatir es realizar el pensamiento".
-"Los discípulos son la mejor biografía del maestro".
-"Es la educación primaria la que civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos. Son las escuelas la base de la civilización".
-"Fui nombrado presidente de la República y no de mis amigos".
-"No está prohibido que un hermano del presidente sea ministro, pero la decencia lo impide".
-"Es la práctica de todos los tiranos apoyarse en un sentimiento natural, pero irreflexivo de los pueblos para dominarlos".
-"Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de la mujer".
«Para tener paz en la República Argentina, para que los montoneros no se levanten, para que no haya vagos, es necesario educar al pueblo en la verdadera democracia, enseñarles a todos lo mismo, para que todos sean iguales… para eso necesitamos hacer de toda la república una escuela.»

Obras

En 1836, fundo su primer periódico, El Zonda. Facundo, Civilización y Barbarie.
Fundó dos nuevos periódicos: La Tribuna y La Crónica
Entre 1845 y 1847, por encargo del gobierno chileno, visitó Uruguay, Brasil, Francia, España, Argelia, Italia, Alemania, Suiza, Inglaterra, EEUU, Canadá y Cuba. En cada uno de estos países, se interesó por el sistema educativo, el nivel de la enseñanza, el progreso industrial, el avance de las comunicaciones. Todas estas impresiones las volcó en su libro “Viajes por Europa, África y América”. A fines de 1845 conoció en Montevideo a Esteban Echeverría, uno de los fundadores de la generación del ’37. Estando en Francia, en 1846, tuvo un raro privilegio: conocer personalmente al general San Martín en su casa de Grand Bourg y mantener una larga entrevista con el libertador.
En su libro Argirópolis (1850) dedicado a Urquiza, expresó un proyecto para crear una confederación en la cuenca del Plata, compuesta por las actuales Argentina, Uruguay y Paraguay, cuya capital estaría en la Isla Martín García. El modelo de organización era la Constitución norteamericana y proponía fomentar la inmigración, la agricultura y la inversión de capitales extranjeros.

En 1862 el general Mitre asumió la presidencia y se propuso unificar al país. En estas circunstancias asumió Sarmiento la gobernación de San Juan. A poco de asumir dictó una Ley Orgánica de Educación Pública que imponía la enseñanza primaria obligatoria y creaba escuelas para los diferentes niveles de educación, entre ellas una con capacidad para mil alumnos, el Colegio Preparatorio, más tarde llamado Colegio Nacional de San Juan, y la Escuela de Señoritas, destinada a la formación de maestras.

Sarmiento llegó a Nueva York en mayo de 1865. Acababa de asumir la presidencia Andrew Johnson en reemplazo de Abraham Lincoln, asesinado por un fanático racista. Sarmiento quedó muy impresionado y escribió Vida de Lincoln. Frecuentó los círculos académicos
norteamericanos y fue distinguido con los doctorados «Honoris Causa» de las Universidades de Michigan y Brown.
Mientras Sarmiento seguía en los Estados Unidos, se aproximaban las elecciones y un grupo de políticos lo postuló para la candidatura presidencial. Los comicios se realizaron en abril de 1868 y el 16 de agosto, mientras estaba de viaje hacia Buenos Aires, el Congreso lo consagró presidente de los argentinos. Asumió el 12 de octubre de ese año.

Durante su presidencia siguió impulsando la educación fundando en todo el país unas 800 escuelas y los institutos militares: Liceo Naval y Colegio Militar.
Sarmiento había aprendido en los EE.UU. la importancia de las comunicaciones en un país extenso como el nuestro. Durante su gobierno se tendieron 5.000 kilómetros de cables telegráficos y en 1874, poco antes de dejar la presidencia pudo inaugurar la primera línea telegráfica con Europa. Modernizó el correo y se preocupó particularmente por la extensión de las líneas férreas. Pensaba que, como en los EE.UU., el tren debía ser el principal impulsor del mercado interno, uniendo a las distintas regiones entre sí y fomentando el comercio nacional.
Entre las múltiples obras de Sarmiento hay que mencionar la organización de la contaduría nacional y el Boletín Oficial que permitieron a la población en general, conocer las cuentas oficiales y los actos de gobierno. Creó el primer servicio de tranvías a caballo, diseñó los Jardines Zoológico y Botánico. Al terminar su presidencia 100.000 niños cursaban la escuela primaria.
Al finalizar su mandato en 1874, Sarmiento se retiró de la presidencia pero no de la política. En 1875 asumió el cargo de Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires y continuó ejerciendo el periodismo desde La Tribuna. Poco después fue electo senador por San Juan. en 1884, logró la sanción de su viejo proyecto de ley de educación gratuita, laica y obligatoria, que llevará el número 1420.
Una de sus últimas actuaciones públicas data de 1885. El presidente Roca prohibió a los militares emitir opiniones políticas. Sarmiento, que no podía estar sin expresar su pensamiento, decidió pedir la baja del ejército, y opinar libremente a través de las páginas de su diario El Censor.
En el invierno de 1888 se trasladó al clima cálido del Paraguay junto a Aurelia Vélez, la hija de Dalmacio Vélez Sarsfield, autor del Código Civil. Aurelia fue la compañera de Sarmiento durante los últimos años de su vida. Murió el 11 de septiembre de ese año, en aquel país,
como su hijo Dominguito.

Pocos años antes había dejado escrito una especie de testamento político:

«Nacido en la pobreza, criado en la lucha por la existencia, más que mía de mi patria, endurecido a todas las fatigas, acometiendo todo lo que creí bueno, y coronada la perseverancia con el éxito, he recorrido todo lo que hay de civilizado en la tierra y toda la escala de los honores humanos, en la modesta proporción de mi país y de mi tiempo; he sido favorecido con la estimación de muchos de los grandes hombres de la Tierra; he escrito algo bueno entre mucho indiferente; y sin fortuna que nunca codicié, porque era bagaje pesado para la incesante pugna, espero una buena muerte corporal, pues la que me vendrá en política es la que yo esperé y no deseé mejor que dejar por herencia millones en mejores condiciones intelectuales, tranquilizado nuestro país, aseguradas las instituciones y surcado de vías férreas el territorio, como cubierto de vapores los ríos, para que todos participen del festín de la vida, de que yo gocé sólo a hurtadillas»